jueves, 28 de agosto de 2008

SIN LIMÍTES PARA SOÑAR Y EMPRENDER


Con el fin de aprender un oficio para enseñárselo a su madre sorda y discapacitada de las piernas, Maryobis Martinez Mendoza ingresó en marzo de 2008 al Programa de formación para sordos en el SENA Regional Córdoba.
Desde entonces, toma sus clases en las mañanas y por las tardes se las enseña a su madre, con paciencia y cariño. Como muchos aprendices, la historia de Maryobis está llena de dificultades. “Desde que mi mamá se enfermó me tocó asumir las responsabilidades, llevaba e iba a buscar a una niña al colegio, me pagaban diarios dos mil pesos. Además, quedé embarazada y el padre de mi hijo me abandonó. Decidí salir adelante porque mi hijo es una bendición y un impulso para seguir. Antes no tenía ni para comprarme un pan y ahora todo ha cambiado, es maravilloso, gracias a Dios y a lo que he aprendido en el SENA”.
Maryobis escogió el Programa de Formación de Elaboración y Manipulación de Alimentos Procesados, sistemas y emprendimiento, simultáneamente. Sin duda, no se equivocó porque sin terminar su proceso de aprendizaje creó junto con una compañera sorda, Gina Ensuncho, un negocio de congelados, comidas rápidas y fritos en un paradero de buses, tarea que les ha ayudado notoriamente a mejorar su calidad de vida. “Estoy ganando mucho más que antes. Junto con mi compañera atendemos el negocio, mi mamá elabora los congelados con lo que yo le he enseñado. Pienso seguir con mi negocio, sacarlo adelante, ayudar a los sordos, dar lo mejor y unirnos todos para trabajar y crear una empresa grande y aplicar lo aprendido en el SENA. “Además, quiero ahorrar para hacerle un tratamiento a mi madre porque tengo la esperanza de que vuelva a caminar y me pueda ayudar en el negocio”. Así como Maryobis existen muchos aprendices con limitaciones físicas, pero sin límites para soñar y emprender.

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